El día suelta sus amarras,
navega con el viento y la memoria
llena con cifras una página en blanco.
Contar las horas de la sed,
escribir el testamento de las horas de insomnio
dibujar la belleza compartida
cada mañana
y saber asi que la vida
sigue fluyendo en el caos del todo.
De La espera inevitable
navega con el viento y la memoria
llena con cifras una página en blanco.
Contar las horas de la sed,
escribir el testamento de las horas de insomnio
dibujar la belleza compartida
cada mañana
y saber asi que la vida
sigue fluyendo en el caos del todo.
De La espera inevitable
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